Psicoterapia individual adultos

La terapia individual de adultos consiste en un encuentro entre una persona mayor de edad y un psicólogo especialista donde este último guía y ayuda al primero a resolver los problemas que le llevan a consulta.

En este encuentro se establece una relación o vínculo terapéutico sobre el que se asentarán una serie de acciones y técnicas que, aportadas por el psicólogo sobre la singularidad del paciente, propiciará el espacio para el cambio.

Cada persona y problemática es única y singular, por lo que la terapia también lo es.

La terapia se sostiene sobre un principio fundamental: la expresión de los conflictos que preocupan o persiguen a la persona. En ocasiones, ésta será consiciente de ellos, en otras únicamente podrá acertar a decir qué está sintiendo, pensando o cómo está actuando, otras estará completamente perdido. Aquí entra el terapeuta a facilitar que la persona pueda acceder y expresar lo que es.

Desde la psicología sabemos que la mayor parte de nuestras dificultades se encuentran anudadas a cuestiones inconscientes que no controlamos y por eso nuestra intención y racionalidad no siempre sirve para superar los problemas. La terapia, por lo tanto, se centra en comprender qué ocurre, a qué se debe nuestra dificultad y a poner en práctica las herramientas para superarla.

Por ello, la continuidad y la implicación tanto por parte del paciente-cliente como del terapeuta, son claves para que resulte satisfactorio. Y es que la terapia es un proceso, con sus fases, con su inicio y su fin. Un camino en el que la persona irá pasando por diferentes estados hasta llegar a la superación de las dificultades desde una claridad mental que no es otra cosa que la re-conquista de sí mismo. ¿Qué quiere decir esto?

A lo largo de la vida la interacción con los demás, la manera de percibir la relación, las experiencias biográficas o los discursos que nos emiten y desde los que se relacionan con nosotros, hacen que nos vayamos modelando en una dirección que, en la mayoría de las ocasiones, no hemos elegido. Nos encontramos entonces actuando desde el miedo, expectativas o completamente bloqueados y sin el control sobre nuestra vida. Son múltiples los factores que están actuando para ello y nuestra tarea es desentrañarlos para que emerja la persona que eres, que se perfile la que quieres ser de manera libre.

Con esto en mente, se inicia un proceso continuado donde el encuentro con el profesional te irá liberando, desahogando y poniendo orden al conflicto. Sobre éste, la asociación, el re-planteamiento, la reflexión irá permitiéndote comprender y re-ordenar. Irás aprendiendo cómo funciona la mente y de qué manera se están manteniendo tus problemas.


Por ello, la continuidad y la implicación tanto por parte del paciente-cliente como del terapeuta, son claves para que resulte satisfactorio. Y es que la terapia es un proceso, con sus fases, con su inicio y su fin. Un camino en el que la persona irá pasando por diferentes estados hasta llegar a la superación de las dificultades desde una claridad mental que no es otra cosa que la re-conquista de sí mismo. ¿Qué quiere decir esto?

A lo largo de la vida la interacción con los demás, la manera de percibir la relación, las experiencias biográficas o los discursos que nos emiten y desde los que se relacionan con nosotros, hacen que nos vayamos modelando en una dirección que, en la mayoría de las ocasiones, no hemos elegido. Nos encontramos entonces actuando desde el miedo, expectativas o completamente bloqueados y sin el control sobre nuestra vida. Son múltiples los factores que están actuando para ello y nuestra tarea es desentrañarlos para que emerja la persona que eres, que se perfile la que quieres ser de manera libre.

Con esto en mente, se inicia un proceso continuado donde el encuentro con el profesional te irá liberando, desahogando y poniendo orden al conflicto. Sobre éste, la asociación, el re-planteamiento, la reflexión irá permitiéndote comprender y re-ordenar. Irás aprendiendo cómo funciona la mente y de qué manera se están manteniendo tus problemas.

Al mismo tiempo que vas integrando estas herramientas, vas añadiendo otras y enfrentándote a tu realidad desde otro lugar que te permita el cambio.

¿Qué no es, entonces, la terapia individual con adultos?

  • La terapia no es un encuentro de un día que te cambia la vida.
  • La terapia no es un escáner donde permaneces de forma pasiva.
  • La terapia no es charlar con un amigo.
  • La terapia no es ir a una persona que te dice lo que tienes que hacer.
  • La terapia no es ir a clase ni hacer registros.
  • La terapia no es una relación de dependencia de la que no puedes salir.
  • La terapia no es tumbarte en un diván y hablar solo.
  • La terapia no es una competición entre inteligencias.
  • La terapia no es magia.

¿Qué es entonces la terapia?

  • La terapia es una relación productiva con un profesional para el que eres una persona única.
  • La terapia es mayéutica, reflexión, comprensión, conocimiento.
  • La terapia es aprendizaje emocional y empatía.
  • La terapia es un espacio donde poder ser tú y escucharte sin interferencias.
  • La terapia es confiar en el otro que al mismo tiempo confía en ti.
  • La terapia es poner a funcionar tus mayores cualidades.
  • La terapia es permitirte exponer cualquier cuestión sin límites.
  • La terapia es confidencialidad y seguridad.
  • La terapia es comprometerte con el proceso que supone cambiar.
  • La terapia es una oportunidad de hacer las cosas de manera diferente.
  • La terapia es una inversión de futuro.

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