Asesoramiento separación-divorcio

Uno de los mayores momentos de crisis que se pueden dar a lo largo de la vida, sucede ante la ruptura de una pareja, más aun cuando esta llevaba años de convivencia o tenían hijos en común. En nuestra consulta solemos detectar que a menudo es un proceso en el que se requiere un asesoramiento o acompañamiento profesional. Nuestros psicólogos cuentan con la formación jurídica necesaria para saber guiar en las dudas que surgen ante una separación, cuál es la mejor opción para los hijos, cómo podrá cambiar la situación con el tiempo, etc. Igualmente trabajamos en colaboración al despacho de JHV Abogados asesorando a sus clientes desde un punto de vista psicológico para que así reciban una atención integral en un momento difícil de sus vidas.

Por un lado la separación es un proceso de duelo, necesitamos elaborar muchas pérdidas como la del hogar, el tiempo con los hijos, la relación de pareja, amigos que se tenían en común... Por otro, nos situamos ante un futuro incierto que puede generar sentimientos ambivalentes. Es importante tener en cuenta que la decisión de separarse no siempre es compartida por ambos miembros de la pareja, se puede dar que el paso se haya dado por uno de los dos encontrándose el otro con una situación de cambio brusco no esperada ni deseada. En este sentido, se produce un momento de crisis vital que desestabiliza nuestro anterior equilibrio obligándonos a poner en marcha recursos que no siempre se tenían de antemano.

Entendemos que la pareja no funcionaba de modo satisfactorio para ambos por lo que se toma la decisión de separarse. En este sentido, hay que tener en cuenta que no todos funcionamos igual ante el malestar que puede producirnos una relación no satisfactoria. Hay quienes se sitúan en una posición de malestar intolerable y por su personalidad tienden a buscar un cambio que les lleve a sentirse cómodos o digámoslo, felices. Sin embargo, hay otras personas que a pesar de no estar del todo satisfechos con su relación, se sienten cómodos en esa "zona de confort" que aporta una relación de pareja estable. Prefieren seguir en su casa, con sus hijos, sus rutinas y sus problemas de pareja antes que enfrentarse a un cambio tan radical como una separación-divorcio. En ocasiones se da que cada miembro de la pareja está situado en una de estas dos posiciones tan dispares lo que provoca aun más desequilibrio.

Añadido a todo esto, podemos encontrarnos con la dificultad de hacer que los hijos en común sean capaces de adaptarse bien a esta nueva situación. En muchas ocasiones la principal preocupación ante la separación es cómo podrán entenderlo y elaborarlo los hijos. Sabemos que hay que transmitirles la decisión de un modo calmado, y que es necesario que ambos padres ofrezcan el mismo tipo de mensaje y expectativa ante el futuro.


Entendemos que la pareja no funcionaba de modo satisfactorio para ambos por lo que se toma la decisión de separarse. En este sentido, hay que tener en cuenta que no todos funcionamos igual ante el malestar que puede producirnos una relación no satisfactoria. Hay quienes se sitúan en una posición de malestar intolerable y por su personalidad tienden a buscar un cambio que les lleve a sentirse cómodos o digámoslo, felices. Sin embargo, hay otras personas que a pesar de no estar del todo satisfechos con su relación, se sienten cómodos en esa "zona de confort" que aporta una relación de pareja estable. Prefieren seguir en su casa, con sus hijos, sus rutinas y sus problemas de pareja antes que enfrentarse a un cambio tan radical como una separación-divorcio. En ocasiones se da que cada miembro de la pareja está situado en una de estas dos posiciones tan dispares lo que provoca aun más desequilibrio.

Añadido a todo esto, podemos encontrarnos con la dificultad de hacer que los hijos en común sean capaces de adaptarse bien a esta nueva situación. En muchas ocasiones la principal preocupación ante la separación es cómo podrán entenderlo y elaborarlo los hijos. Sabemos que hay que transmitirles la decisión de un modo calmado, y que es necesario que ambos padres ofrezcan el mismo tipo de mensaje y expectativa ante el futuro.

Sin embargo por la propia circunstancia en la que se encuentran los padres no siempre tienen la suficiente entereza y en muchos casos no comparten la decisión por lo que la sensación de incertidumbre o ambivalencia puede llegar a los niños confundiéndoles ante el cambio que se aproxima.

El trabajo de nuestros psicólogos en casos de separación

Teniendo todo esto en cuenta, se hace necesario en muchos casos y recomendable en todos, el apoyo en un profesional que asesore y acompañe a los miembros en todo el proceso dándose distintas opciones de trabajo:

  • Asesoramiento ante la posible decisión de separarse: facilitamos la toma de decisiones ayudando a la comunicación entre ambos miembros de la pareja con la opción de intentar una terapia de pareja o bien acompañar en la decisión de separarse conteniendo las emociones que inevitablemente surgen y ayudando a que el proceso sea lo menos conflictivo posible. A veces, se llega a este trabajo tras intentar una terapia de pareja que no llega a salvar la relación sino que ayuda a liberar las ataduras y enganches insanos que ambos miembros de la pareja podían tener hacia el otro. Una terapia de pareja ayuda a encontrar el camino de cada parte de la pareja, que recordemos, no tiene por qué ser un camino juntos.
  • Orientación a los padres: En muchos casos, se acude al profesional de modo puntual buscando un asesoramiento de cómo transmitirles la separación a los niños. En este caso, nuestro trabajo consiste en dar pautas teniendo en cuenta la realidad de la pareja que tenemos delante, sus emociones, su conflicto y demás factores que influirían en el modo de transmitirlo a los hijos.

    En otras ocasiones, los padres además de recibir pautas y consejos acerca de cómo llevar el tema con sus hijos, buscan que el profesional les evalúe pasado un tiempo o haga un cierto seguimiento de los menores de cara a asegurarnos que ellos también elaboran bien el cambio y se adaptan de modo sano a la nueva situación.

  • Terapia posterior a una separación: Como decíamos antes, el momento de separarse constituye una crisis vital que nos obliga a enfrentarnos a un futuro incierto. Aunque haya proyectos que nos atraiga realizar en soledad, son muchos los cambios que nos desestabilizan cotidianamente para poder sentirnos bien.

    Es por esto que un profesional puede acompañar y ayudar en la elaboración de esa pérdida y de cómo integramos el hecho de la separación en la identidad personal para poder formar o llevar a cabo nuevos proyectos vitales que nos hagan felices.

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